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Arquitectos: #localista, Apaloosa Estudio de Arquitectura y Diseño, Simetría Estudio de Arquitectura; #localista, Apaloosa Estudio de Arquitectura y Diseño, Simetría Estudio de Arquitectura
- Área: 161 m²
- Año: 2018
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Fotografías:César Béjar, Jaime Navarro
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Proveedores: Helvex, AutoDesk, Cemex, Google, Monterrey, VALVO
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Analizando que el eco-ducto se define en base en la interacción con las redes de agua y las captaciones naturales, el proyecto propone utilizar el agua como elemento transformador.Agregando el factor tiempo a la fórmula de diseño hará de una experiencia colectiva observar como el pabellón se va transformando en colores y texturas según las estaciones del año, la oxidación del pabellón será lo que las flores para el eco-ducto, el triunfo irrefutable de la naturaleza sobre las tectónicas.
Parte del programa arquitectónico se aterriza en un bloque central donde se ubica el aula para talleres, además del baño y bodega. La envolvente que da esencia a nuestro pabellón es soportada por pilotes perimetrales que a su vez contiene las ilimitadas posibilidades de realizar una actividad y disfrutar del espacio en sí mismo sin perder conexión hacia el entorno urbano.
Tres planos girados hacia el cielo sobre su vértice más corto permiten que el objeto tectónico sutilmente toque el sitio y defina virtualmente los espacios contenidos en él, así como la relación contorno/vacío y los límites de interior/exterior. El volumen se forma del límite del predio que emerge desde un punto para provocar la accesibilidad por el área de exposiciones
La propuesta proyecta virtualmente el espacio contenido en sitio que en marque la traza urbana y respete el flujo colectivo, así como el paisaje urbano a través de paneles elevados que definan la relación contorno/vacío y los límites de interior/exterior. El baño se proyectó y ejecutó en obra para personas con capacidades diferentes, también se dispuso de un sistema de tratamiento de aguas negras mediante biobolsas que degradan y separan las aguas negras, para filtrarse posteriormente en la tierra con vegetación cactácea. La obtención del agua para el servicio del baño se obtiene de la captación pluvial de la cubierta del aula y se almacena en una cisterna de 1 m3, aminorando el costo de mantenimiento en el pabellón.
El concepto del proyecto se basó en la apropiación del espacio, sin ser invasivo con el mismo sitio; para esto se tuvo como primer objetivo reducir al máximo los m2 construidos (cubiertas) sin perder las zonas esenciales del pabellón. Generar envolventes verticales que perceptivamente abarcaran mas metros cúbicos fue una de las primeras estrategias espaciales, a su vez, este nuevo espacio, que antes fuera una rotonda en estado de ocio, funge como un amortiguador del entorno tan contaminado vehicular y auditivamente; por lo que la introspección visual mediante la extrusión de la envolvente desde uno de sus tres puntos brinda un equilibrio, enajenando al exterior del interior de tres cuartas partes del pabellón.
