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Arquitectos: Carlos Castanheira, Álvaro Siza Vieira
- Área: 5300 m²
- Año: 2020
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Proveedores: Sto, CLIMAR
Texto por Álvaro Siza - Una relación de convivencia
1. El Museo de Educación Artística de Ningbo ocupa un sitio posado a lo largo de la orilla norte del lago Donqian. Su planta tiene una forma triangular, delimitada por muros continuos, con esquinas ligeramente curvadas en lugar de anguladas.
En la planta baja, el volumen del museo emerge aislado y bordeado en sus tres lados por zonas plantadas o pavimentadas. El acceso público y de servicios a este nivel -que se designa como P0- junto con el acceso al área VIP, se ubican en la fachada noroeste, en el espacio entre el museo y la ladera. Este espacio se extiende, envolviendo el museo y conectando con la vía de acceso.
2. Generalmente, en todos los pisos, los espacios internos en una franja hacia el Noroeste, están ocupados por atrios, ascensores, escaleras, servicios y baños. Una segunda franja está ocupada por espacios de mayores dimensiones: vestíbulo, biblioteca, salas de administración y exposición.
Finalmente, en el lado sureste, hay un amplio espacio triangular de altura completa, iluminado por una claraboya y rodeado de rampas desde el primer al cuarto piso. La luz natural se destaca por las paredes blancas y se lleva a las habitaciones circundantes, a través de aberturas colocadas deliberadamente.
3. El sótano y el último piso empotrado se diferencian por función y dimensión. Se organizan de acuerdo con el orden espacial y estructural planificado y de acuerdo con el impacto de otros niveles de pisos. Sótano: el área correspondiente al volumen visible del edificio, con usos y circulación similares a los pisos superiores, también se extiende bajo la vía de acceso, entre la ladera y el museo, y bajo una estrecha franja, acomodando áreas técnicas.
La estructura y losa de cubierta para un segundo nivel, al que se accede desde el sótano y desde la entrada al museo, retiene y delimita la ladera y su vegetación. Zona VIP: solo se ocupa una parte del área disponible y ésta se abre a la terraza de la azotea.
4. El edificio, revestido con láminas de aluminio corrugado, aparece oscuro en el paisaje. Su imagen cambia constantemente de negro a plateado, según el ángulo de incidencia de la luz y el ángulo de visión. El interior es un ensayo de la luz, capturada en el patio interior y distribuida desde allí a los espacios dispuestos a su alrededor, haciéndose cada vez menos intensos. La iluminación controlada, específica de los diferentes espacios expositivos, utiliza luces de tubo, suspendidas tanto en horizontal como en vertical de acuerdo a cada caso.
5. Externamente, una rampa peatonal conecta la entrada del museo con la red de carreteras de la zona residencial y el hotel cercanos. Una intención fundamental del proyecto es que sea parte de una relación de convivencia entre el paisaje natural y los edificios preexistentes y planificados, manteniendo el papel de protagonista propio de un edificio público y cultural.
Texto por Carlos Castanheira - Pequeño por fuera e inmenso por dentro
Un museo debe ser grande. Dentro.
Un museo debe ser brillante. Dentro.
El Museo de Educación Artística es un pequeño museo que es inmenso por dentro.
Apoyado en la ladera, su forma ondulada se cierne sobre el suelo.
Es intrigante por su elegancia y su misterio.
Nada es obvio en este pequeño edificio.
Se accede a la entrada pública después de pasar alrededor de la forma del edificio y experimentar una compresión impuesta y absorbente, para luego ser liberada en un vasto espacio, a la altura total del edificio, donde una rampa serpenteante une todos los niveles del piso. Este ejercicio de compresión y liberación es constante durante la visita.
Esta diversidad de recorridos y la interconexión de espacios hace que este pequeño edificio sea enorme por dentro.
Su volumen es igualmente desafiante.
Desde el exterior se suspende sobre el suelo al ondular en su revestimiento metálico.
Refleja la luz del día en constante cambio que hace que la forma se mueva y se transforme. Sin cesar.
En el interior, la calma introspectiva de los espacios expositivos contrasta con el movimiento de los visitantes que circulan en el enorme vacío.
El dinamismo se enseña a través del arte.
El tamaño no importa, pero un museo debe tener un Alma Grande.