Diseñado por Josep Ferrando y Diego Baloian, el proyecto nace de un encargo privado para construir un cobertizo de madera en una parcela familiar en el pueblo de Curacaví, ubicado a 45 minutos al oeste de Santiago de Chile, en un valle a medio camino entre la capital y el puerto de Valparaíso.
El nuevo cobertizo replantea la tradicional ramada festiva construida en los campos chilenos de la zona central, reemplazando la antigua estructura que estaba presente en el lugar mediante una construcción que consolide dicho espacio como punto de encuentro familiar en el centro del terreno de 2 hectáreas.