Las mujeres superan a los hombres en número de profesionales en el ejercicio de la arquitectura, sin embargo, su representatividad ha sido sistemáticamente disminuida frente a la actuación masculina.
El debate sobre el papel de las mujeres en la arquitectura no es reciente, pero ha ganado fuerza desde 2013 con la petición de premiar retroactivamente a Denise Scott Brown como ganadora del Premio Pritzker 1991 y el posterior rechazo por parte de la organización. Desde entonces, el reconocimiento del papel de las mujeres en la arquitectura viene siendo un tópico constante en debates, conferencias, simposios y exposiciones en todo el mundo.
El jueves 30 de noviembre se realizó la octava entrega de los premios Obra del Año, certamen organizado por ArchDaily en el que anualmente nuestros lectores nominan sus obras preferidas construidas en España y Latinoamérica. Este año, las tres obras ganadoras fueron el Museo de Sitio Pachacamac (Llosa Cortegana, Perú), la Capilla de San Bernardo (Nicolás Campodonico, Argentina) y Casa Y (Sebastián Irarrázaval).
Nos reunimos en el Centro NAVE, obra del arquitecto chileno Smiljan Radic, para conversar con los autores de las tres obras ganadoras. Si bien todas provienen de Latinoamérica, emplazándose en países bastante próximos unos de otros, nos presentan resultados formales y constructivos completamente disímiles, que responden a los programas establecidos y a las características del contexto geográfico y cultural al que se enfrentan.
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Esta semana, los proyectos de colores se roban la película. Son pocos los arquitectos que se han atrevido a usar el color en sus obras, no obstante, los resultados pueden ser increíbles. A continuación, una selección de 15 imágenes de destacados fotógrafos como Gregori Civera, Julien Lanoo e Imagen Subliminal que nos muestran el potencial del color.
El movimiento moderno fue un actor clave en la construcción cultural de Chile en el siglo XX. Si bien sus primeras obras surgen en el ámbito privado, sus principios urbanos y paisajísticos fueron adoptados por el proyecto modernizador del Estado benefactor que comenzó a construirse tras los conflictos sociales que explotaron en los años veinte del siglo pasado.
En pleno proceso de industrialización del país, la producción habitacional del Estado incorporó conceptos como la habitabilidad, el acceso universal a la vivienda y la higiene, los cuales tempranamente se pusieron a prueba en la reconstrucción de ciudades como Chillán tras el terremoto de 1939. Asimismo, un país familiarizado con los terremotos implicó ajustar los conceptos del movimiento moderno a las exigencias estructurales nacionales, es decir, redimensionar las secciones de hormigón armado, lo cual les otorgó una expresión visual más pesada que en Brasil o Argentina.
Desde la osadía de Sergio Larraín García-Moreno y Jorge Arteaga en el edificio Oberpaur —el primero del movimiento moderno— hasta las visiones urbanas de BVCH en la Villa Portales o los primeros ejercicios en altura en sectores de clase media alta, el movimiento moderno dejó su huella en nuestra sociedad y nuestras ciudades. No obstante, solo una de las obras aquí presentadas está declarada como monumento histórico.
En esta edición de guías de arquitectura, les presentamos veinte obras ordenadas cronológicamente que reflejan la evolución del movimiento moderno en Santiago de Chile. Esto se complementa con fotografías exclusivas para este artículo, tomadas por María González y Manuel Albornoz.
La Remodelación República, diseñada por los arquitectos Vicente Bruna, Germán Wijnant, Victor Calvo, Jaime Perelman y Orlando Sepúlveda, el año 1967, es la primera obra de renovación urbana gestada por el estado dentro del casco antiguo de la ciudad de Santiago, Chile, y se destaca por la innovadora resolución del problema de densidad en una sola manzana, a partir de dos bloques de departamentos más una plataforma comercial, siendo una de las obras modernas icónicas del país.
El Centro Cultural SESC de Pompéia es una de las más importantes obras de la arquitecta Lina Bo Bardi, con una intensa expresión plástica a través del cuidado y variado uso del hormigón. Ubicado en São Paulo (Brasil) y construido en 1977, este proyecto se emplaza sobre el terreno de una vieja fábrica de Tambores, convirtiéndose en la sede de uno de los edificios comunales del Servicio Social de Comercio. Lina Bo Bardi se caracteriza por no tener influencias que se puedan identificar, por lo que su obra pasa a ser única, respuesta de sus innovadoras ideas.
Teniendo una historia tan significativa, la arquitectura de Brasilia, refleja tanto la riqueza y la importancia de la cultura, como una ciudad planificada. La iglesia como institución tiene mucha importancia en la sociedad, por lo que el diseño de ésta materializa un significado y personalidad únicos que se contraponen a las formas presentes en su entorno. Oscar Niemeyer pretendía hacer una clara declaración mediante la expresión de grandes proporciones y diseño único presentes en la Catedral de Brasilia, lo que derivó posteriormente a que recibiera el Premio Pritzker en 1988.