En este artículo, publicado originalmente en AIArchitect, Sara Fernández Cendón habla de las oportunidades y retos para los arquitectos estadounidenses que están tomando ventaja del auge de desarrollo de infraestructura en Brasil, particularmente a raíz de la Copa Mundial de la FIFA 2014 y en la preparación para los Juegos Olímpicos de 2016.
Antes que Brasil fuera elegido para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2014 y los Juegos Olímpicos de Verano en 2016, sólo tres países habían acogido ambos eventos simultaneamente. Las ofertas exitosas para cualquiera de los eventos suelen ser, en partes iguales, una prueba de que el país ya tiene todo lo necesario y una promesa de que va a hacer lo que sea necesario para que las cosas funcionen bien.
En el caso de Brasil, la parte "promesa" ha generado un puñado de proyectos de estudios de arquitectura de todo el mundo; Populous es responsable del diseño conceptual de un estadio en la ciudad de Natal, por ejemplo. Y algunos observadores creen que los retrasos en las construcciones de la Copa Mundial podrían generar una avalancha de oportunidades de último minuto para profesionales extranjeros de la construcción. Pero incluso si estos dos acontecimientos no han sido totalmente planificados y diseñados por extranjeros nuevos en Brasil, el país se está convirtiendo en un mercado emergente para los arquitectos Norteamericanos, basado en su intensa sed de mejora comercial e infraestructura de tránsito.