Las primeras etapas de la carrera de la arquitectura a menudo se encuentran con lo que muchos llaman como "la pendiente resbaladiza de ser arquitecto", donde las expectativas no se ajustan en absoluto a la realidad de la profesión y empeoran a medida que avanza la experiencia. Con agotamiento constante por trabajar horas extras y fines de semana para "ganar experiencia", expectativas extraordinarias, salarios bajos y tensiones físicas y mentales, el prestigio de ser arquitecto evidentemente se ha desvanecido con las condiciones de trabajo modernas. Entonces, ¿cómo pueden los arquitectos luchar por sus derechos laborales después de años de explotación y qué se está haciendo actualmente para garantizarlos?
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¿Pueden los arquitectos finalmente tener un puesto en la mesa? Derechos y condiciones laborales en la arquitectura
Lecciones por aprender de la nueva guía de vivienda social de Nueva York
Cuando pensamos en vivienda social en Estados Unidos, solemos pensar en cajas: grandes edificios de ladrillo sin mucho carácter estético. Pero las implicaciones de rascacielos estandarizados e iluminados con luz fluorescente pueden ir más allá de lo estético para las personas que viven ahí.
El geógrafo Rashad Shabazz, por ejemplo, recuerda en su libro Spatializing Blackness cómo el proyecto residencial en Chicago donde él creció —repleto de rejas, cámaras de seguridad y detectores de metal— parecía más una prisión que un hogar. Relatos de soledad, confinamiento y pobre mantención se repiten por residentes de vivienda social en todo el país.
Pero la vivienda social estadounidense no tiene por qué ser así de desolada. Un nuevo conjunto de estándares de diseño desarrollado por la Comisión de Diseño Público de Nueva York (PDC, por su sigla en inglés) —en conjunto con la The Fine Arts Federation of New York y el AIA Nueva York— espera dar comienzo a nuevos tiempos en la arquitectura social.