Desde sus inicios, el cine ha estado íntimamente ligado a la arquitectura, apoyándose en ella para construir escenas que generen emociones y transporten al público a otros mundos. Pero la realidad virtual ha llegado a romper con todos los esquemas preestablecidos, siendo un medio que puede ambicionar producir algo más allá de las emociones: la empatía.
"Una película trata del encuadre, la duración de cada escena, la yuxtaposición de las imágenes editadas," explicó el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, "pero una película sin encuadre es como un carro sin llantas. Deja de ser un carro. Es un avance."