Sudáfrica es un país en constante evolución. En los últimos años ha visto surgir hitos y obras de arquitectura emblemáticas que han logrado alcanzar un amplio reconocimiento mundial. En Ciudad del Cabo, por ejemplo, es posible encontrar el Museo Zeitz de Arte Contemporáneo de África, una obra con una espacialidad innovadora proyectada por el estudio Heatherwick. En el Cabo Occidental, por otro lado, se encuentra la Capilla Bosjes y su singular cubierta escultórica de hormigón, diseñada por el estudio Steyn. También, el dinámico país alojará la Biblioteca Presidencial Thabo Mbeki en Johannesburgo, una obra presentada el año pasado y diseñada por Sir David Adjaye, ganador de la Medalla de Oro Real del RIBA en 2021.
Apartheid: Las más recientes noticias y obras de arquitectura
Un país dividido: segregación y desigualdad urbana en Sudáfrica
"Crecí donde la arquitectura fue diseñada para oprimir": Wandile Mthiyane sobre impacto social y aprendizaje en Sudáfrica
La justicia del diseño se basa en la experiencia personal y se construye a través de acciones cotidianas. Wandile Mthiyane es un diseñador arquitectónico que encarna esta idea, un activista que creció en Durban, Sudáfrica durante el Apartheid. Desde pequeño se sintió atraído por la construcción y el diseño, un trasfondo directamente ligado a su infancia. Se dio cuenta de que quería construir un futuro mejor trabajando para deshacer los efectos arquitectónicos de la segregación racial institucionalizada. Hoy, Wandile ha sido reconocido por crear impacto social, incluido su trabajo para transformar su ciudad natal de Durban.
¿Cuál será el legado de Mandela en términos de espacio?
Desde la ventana de un avión se vuelve demasiado claro que el apartheid ha sido profundamente escrito en el paisaje sudafricano. Incluso el pueblo más pequeño aparece como dos pueblos distintos. Uno cuenta con una amplia red de calles arboladas y casas cómodas rodeadas de césped. El otro, su gemelo marchito que se ubica a cierta distancia, pero conectado por una carretera muy transitada, consiste en una cuadrícula mucho más estricta de caminos de tierra rodeados de chozas. Los árboles son una rareza, el césped inexistente. Este patrón de duplicación aparece sin importar el tamaño de la población: aquí, la ciudad blanca; allá, el barrio negro. - Lisa Findley,“ Red & Gold: A Tale of Two Apartheid Museums.”
Existen pocos sistemas de gobierno que confiaron tanto en las delimitaciones del espacio que el gobierno del Apartheid en Sudáfrica (1948-1994). Manejando agresivamente las teorías de la modernidad y la superioridad racial, los planificadores urbanos de Sudáfrica no sólo impusieron el apartheid, sino que se incrustaron en cada ciudad, convirtiéndola en una experiencia cotidiana degradante para los ciudadanos marginados de Sudáfrica.
Cuando Nelson Mandela y su partido, el Congreso Nacional Africano, fueron elegidos democráticamente para tomar el poder en 1994, reconocieron que una de las maneras más importantes de disminuir el legado del Apartheid sería espacial: la integración de los pueblos blancos y las poblaciones negras, y revivir aquel "gemelo marchito".
Al recordar a Mandela - sin duda el hombre más importante de la historia de Sudáfrica - y ponderar su legado, también debemos considerar también su legado espacial. Es en las dimensiones físicas y espaciales de los pueblos y ciudades de Sudáfrica que realmente podemos ver la resistencia del Apartheid, y poder darnos cuenta en qué medida las palabras de Mandela en torno a una reconciliación e integración justa, se han llevado a cabo.