Sabemos que la Historia es escrita por quienes vencen e imponen su propio relato. También sabemos que el relato de Occidente es el de Europa y Estados Unidos, mientras el resto de los actores son minimizados o invisibilizados: ocurrió con chinos y japoneses durante la Segunda Guerra Mundial; con el Imperio Otomano en la Europa del siglo XVI y con mayorías raciales en la lectura de la independencia latinoamericana. Lo mismo ocurre en la arquitectura.
Hemos insistido en que el boom del Sur Global no se apoya únicamente en obra nueva, sino también en el reconocimiento de una arquitectura invisibilizada y aparentemente no digna de ser publicada en las revistas de los años noventa. Ese escenario mundial cambió con el surgimiento de una Humanidad multipolar, pero local: globalizada, pero heterogénea; acelerada, pero desequilibrada. No hay países rojos y azules, sino una amplia paleta de colores explotados como un cuadro de Pollock.
Esto sirve de preámbulo para ponderar las obras destacadas del 2016 según el crítico británico Oliver Wainwright, quien cartografía un mapamundi que limita al Oeste con Nueva York y Utoya al Este, con la excepción de Birzeit en Palestina. El Sur Global representa más del 40% de la economía global y ya concentra las principales megaciudades del mundo, ¿pero no vale la pena rescatar su arquitectura? Expandiendo los límites del mapamundi arquitectónico de un planeta en transformación, he querido destacar los siguientes proyectos publicados este año.
Actualización: este artículo originalmente fue publicado como 'Bambú, ladrillo y hormigón: 10 obras destacadas del 2016'. En el espíritu de reforzar la idea principal del artículo, el título fue actualizado al actual.