Cuando se menciona la palabra "trópico", la imagen que comúnmente nos viene a la mente es la de un lugar exótico, siempre cálido y húmedo, sujeto a fuertes y constantes lluvias que lavan el suelo y hacen crecer descontroladamente la vegetación. Impulsado por una idealización, a lo largo de la historia, este clima tropical ha sido sinónimo de paraíso y al mismo tiempo ha sido acusado de formar personas débiles por ser demasiado indulgentes.
Afortunadamente, estos juicios y asociaciones han quedado en el pasado, dando paso a proyectos teóricos y prácticos que enumeran los pros y contras de vivir en una región de clima tropical, reconociendo las diferentes estrategias aplicadas para favorecer la adaptabilidad humana en medio de estas peculiares características climáticas.