En los últimos años hemos visto que el concepto de gentrificación ha saltado del ámbito académico al masivo. La discusión pública en redes sociales, prensa masiva y conversaciones cotidianas ha adoptado este término, el cual suele tener una carga negativa para referirse a procesos urbanos de expulsión y apropiación de capital espacial. Por otra parte, su masificación ha degenerado en su desfiguración e incluso se ha reducido como término para indicar la presencia de la cultura hipster en ciertos barrios de las ciudades.