La necesidad de reconstrucción tanto física como mentalmente, abre una gran puerta con diferentes interpretaciones, que nos muestran al ser humano y su capacidad de adaptación a pesar de las adversidades. Un ser humano resiliente, enfrentando problemáticas en territorios remotos que fueron limitados por el conflicto armado, la opresión y el miedo.
La arquitectura para el postconflicto es uno de los grandes aportes a la nueva construcción de un país que necesita más conciencia social en este proceso de paz. La resignificación de sus territorios, la memoria y el sentido de apropiación, son las características esenciales que enmarcan los espacios arquitectónicos y recuperan aquellas zonas que fueron escenario de la violencia. Su simbolismo juega hoy un papel importante dentro de muchas comunidades, que por medio de la arquitectura se identifican, demostrando que aquellos lugares recónditos de la bella Colombia, hoy son ejemplo de unidad y convivencia.
Frente a esta realidad hoy hemos seleccionado cinco proyectos que han despertado el arraigo territorial, brindando espacios flexibles que prometen nuevas prácticas de tejido social.