Barrio teatral. Día de inauguración. Hora de almorzar.
Primer acto.- Llegas y te encuentras con una escena familiar. Inmediatamente, te sientes como en casa, pues este comedor ha congregado a muchas personas que están felices compartiendo una misma gran mesa. Las señoras que cocinan y atienden lo hacen con mucha dulzura y satisfacción. Al sentarte en la mesa, puedes creer que invades, pero te reciben con una gran apertura y sonrisa. -No entendía mucho de lo que pasaba, pues recién me iba enterando del proyecto-. Luego te das cuenta que todos se conocen, y que han compartido algo del proyecto en algún momento. Y esta comida en el comedor, valga la redundancia, pacta estos lazos y los perenniza en el ritual de comer y compartir en este espacio hecho por todos. Muy, bastante, gran… todo en abundancia. Huele bien, sabe delicioso. Sírvanse.