El cobre patinado u oxidado es un revestimiento metálico que "envejece bien", presentando excelentes propiedades mecánicas de resistencia a la intemperie. Por su capacidad de transformación a lo largo del tiempo, al entrar en contacto con las condiciones atmosféricas, el material no requiere de mayor mantenimiento, entregando un aspecto única a las fachadas.
Además de las placas en tono anaranjado, este material también entrega una apariencia azul/verdosa a través de una serie de procesos químicos controlados de oxidación. Su coloración es definida por la cantidad de cristales contenidos en la superficie del material, sumado a la incidencia de luz natural, posibilitando que los paneles presenten diversas variaciones en los tonos y matices.