Europa del Este y del Sur está soportando una ola de calor severa, con temperaturas que alcanzan más de 40 grados Celsius en muchos países, incluyendo Grecia, Croacia, Macedonia y Rumania. Impulsada por el aire caliente del norte de África, esta ola de calor prolongada ha generado amenazas significativas para los residentes y ha sobrecargado los mecanismos de protección y mitigación climática de las ciudades. A medida que las olas de calor exponen las vulnerabilidades de las infraestructuras urbanas, las ciudades de Europa están trabajando para implementar medidas que aborden estos desafíos.