A medida que nos acercamos a su centenario, el poliestireno expandido (EPS) se ha utilizado ampliamente en diversas industrias y aplicaciones, especialmente en la construcción. Desde 1970, el EPS se ha empleado en la construcción de edificios debido a sus propiedades de aislamiento térmico, estructura liviana de celdas cerradas, resistencia duradera e integridad a largo plazo. Sin embargo, si bien estas cualidades lo hacen muy útil y fácil de reciclar, también han generado debate debido a las recurrentes discusiones sobre sus procesos de degradación e impacto ambiental desde diversas perspectivas.
Mientras el debate continúa, han surgido muchas mejoras y enfoques alternativos en torno a este material, destacando que lograr una construcción sostenible implica utilizar el material adecuado para el trabajo correcto desde el principio. Así, con el tiempo, las innovaciones han aportado nuevas opciones para el reciclaje y el uso de EPS más allá de las aplicaciones de construcción tradicionales, como bloques de relleno o paneles divisorios. Esto demuestra que más que estigmatizarlo como un material problemático o “simple”, es fundamental considerar sus cualidades a través del diseño, la tecnología y el desarrollo de métodos para una gestión responsable y sostenible.