En agosto del año pasado, la mayoría de los más preciados hitos arquitectónicos de la antigua ciudad de Palmira (Siria) fueron dañados, o bien, destruidos por las fuerzas del Estado Islámico (ISIS) en un violento y iconoclasta intento por enviar un mensaje a Occidente. Luego que Palmira fuera recapturada en marzo, la pregunta que ronda en la comunidad patrimonial es cómo reconstruir y preservar estos edificios.
La pregunta ha comenzado a ser respondida con una completa evaluación de los daños, a cargo de la compañía francesa Iconem. En asociación con el DGAM (Dirección General de Antigüedades y Museos) de Siria, Iconem obtuvo permiso para constatar los daños a los principales objetivos de ISIS durante los ataques de 2015: los templos de Bel y Baalshamin, el Arco del Triunfo, el Valle de las tumbas y el propio museo.