La industria de la construcción civil mueve recursos económicos considerables en todo el mundo, genera innumerables empleos y muchos ingresos. Al mismo tiempo, también presenta impactos negativos que incluyen el consumo de los recursos naturales y la elevada generación de residuos, desde las etapas constructivas a las demoliciones. Para tener una idea, en Brasil se estima que el 61% del total de residuos generados son representados por los Residuos de Construcción y Demolición y 28% por los residuos domiciliarios [1].