El pasado domingo el periódico chileno El Mercurio publicó en su sección de 'Cartas al Director' una misiva firmada por un grupo de arquitectos locales jóvenes, quienes plantean que los concursos públicos en su país no estarían considerando en su presupuesto siquiera los costos relacionados a los honorarios de nuestra profesión.
Firmado por Loreto Lyon, Alejandro Beals, Cristóbal Fernández, Andrés Mas, Diego Aguiló, Rodrigo Pedraza, Cristóbal Tirado, Rodrigo Duque Motta, Alberto Moletto, Paula Velasco y Matías Zegers, la carta postula que en la reciente convocatoria de diseño del Museo Regional de la Memoria y Derechos Humanos en la región del Bíobío (Chile), "los honorarios definidos para su desarrollo no alcanzan a cubrir siquiera los costos de los proyectos exigidos".
Este reclamo deja sobre la mesa una serie de preguntas que parecen haber sido escuchadas antes, pero jamás han sido zanjadas: ¿qué tan apreciado es el ejercicio de nuestra profesión más allá de nuestro propio campo?, ¿cómo medimos económicamente nuestro valor (y honorarios)?