Horace Burgess, un pastor religioso, a principios de los 90 compró un terreno boscoso en las afueras de Crossville, Tennessee, que poseía una un árbol gigante a un costado del camino de tierra. Con su objetivo "construir la casa en el árbol más grande del mundo", levantó una estructura de 30 metros. Alrededor de este árbol y durante 15 años se construyó esta vivienda sin planos ni modelos, y con el uso de materiales reciclados la expansión es de aproximadamente 3.000 metros cuadrados en 10 niveles.
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