Estudiar arquitectura a mitad de los 2000 significaba alta exposición importantes oficinas de arquitectura española, que se encontraban experimentando un muy buen momento de desarrollo de proyectos, especialmente obras culturales y públicas.
Fue así como conocí y estudié el trabajo de Emilio Tuñón, en aquél entonces socio de la oficina Mansilla + Tuñón Arquitectos. Obras como el Auditorio de León, el Museo de Cantabria, el Musac nos enseñaron muchos como relacionarse con el entorno, estudio de fachadas y uso del color.
En 2012 crea Tuñón Arquitectos, oficina dedicada a la confrontación de la práctica proyectual y constructiva con la teoría y la docencia, que surge como evolución natural de la firma Mansilla + Tuñón Arquitectos. Abordan la arquitectura desde un punto de vista humano: "es la construcción de una arquitectura hecha con la gente, por la gente y para la gente."