El año pasado, escribí acerca de acabar con el título de "practicante", cambiándolo por la frase "debe ser expulsado de la profesión." El artículo, titulado “No mas Practicantes”, causó un aluvión de respuestas, algunas bastante enojadas, de hecho. Algunos de los encuestados defendían el título, diciendo un título es sólo un título; otros lanzaron ataques en su contra, diciendo que connota alguien no cualificado o inexperto.
Para que quede constancia, yo todavía creo que deberíamos deshacernos de la palabra, no simplemente porque es humillante y disminuye a las personas que han pasado por las etapas educativas rigurosas de la profesión, sino porque hace que la profesión luzca anticuada. Piense en donde se encuentra todavía el término "practicante" y lo que generalmente significa: voluntario, no remunerado/ mal pagado, estudiante, temporal, en práctica, por nombrar algunos. Imagine cómo los clientes de culturas empresariales progresistas lo ven. Asimismo, desde el punto de vista de los negocios, ¿no tiene sentido que la gente pague más por la arquitectura no realizada por "practicantes"? Yo pagaría más por "asociados".