Un grupo de desesperados viajeros cubanos intentan conseguir un número en la lista de espera para subirse al próximo autobús, que nunca llegará. Solitarios pasajeros que en realidad no van a ninguna parte y que ven cómo la vieja estación -de la cual quieren escapar- se transforma en un espacio humano, amable y cotidiano. Es así como van formando lazos con las demás personas y olvidando sus planes, naciendo -inesperadamente- una nueva comunidad.
La cinta de Juan Carlos Tabío nos presenta una historia sencilla y con una gran cuota de humor, que reflexiona entre líneas en torno a una serie de temas sociales y políticos bastante profundos. A lo largo de sus 107 minutos de duración, la antigua estación se transforma en una ruina felizmente habitada. Un sitio de paso es -ahora- el "lugar en el mundo" de sus protagonistas.
¿Qué pasaría si empezamos a darle mayor humanidad a los no-lugares que abundan en nuestras ciudades?