Ya hemos hablado de gentrificación anteriormente, el "proceso de expulsión de población socialmente vulnerable desde zonas centrales urbanas", como plantea López Morales. Si bien lleva décadas de desarrollo en el Norte Global, el análisis de su impacto es relativamente nuevo en Latinoamérica, así como también sus detonadores y consecuencias varían en función de cada ciudad.
En Latinoamérica, ha sido estimulado por actores inmobiliarios y actores estatales (como el caso chileno, disfrazado de 'renovación urbana'), y en parte, por oleadas de nuevos vecinos que 'descubren' un barrio cool que, sin embargo, siempre ha estado ahí. En esa línea, en la sección Comment is free del periódico británico The Guardian, la directora senior del PolicyLink Center for Infrastructure Equity, Kalima Rose, explicó hace unos días que sentirse culpable por gentrificar ya no basta, y que la idea de evitar ser parte de la gentrificación simplemente no viviendo en áreas ya gentrificadas "ignora la raíz política y estructural del problema".
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