En el momento de su estreno, “Aeon Flux” fue duramente criticada, sobre todo por el público en general, como una mala adaptación de la serie de animación de su mismo nombre y por ofrecer una trama típica y escenas de acción sin mucha coherencia, las que en aquel entonces respondían en gran medida a la influencia que “The Matrix” había implantado al inicio de la década. Ofreciendo un análisis posterior es muy difícil debatir dichas apreciaciones, pudiendo rescatar quizás algunas actuaciones, pero por sobre todo, recalcar el gran trabajo gráfico y de arte que se realizó para la ambientación de la película.
A priori el argumento del filme obligaba a representar a una sociedad futura del siglo XXV, que tras un desastre no especificado, se veía confinada a vivir en un territorio delimitado y de apariencia paradisíaca. De los mayores aciertos fue el no caer en nociones fantasiosas, de arquitecturas imposibles y de tecnologías que desafían la lógica, sino plasmar la realidad del futuro con elementos ya existentes dentro de nuestra realidad actual.