Las fachadas de ladrillos de vidrio han surgido como una tendencia arquitectónica fusionando la elegancia perdurable del vidrio con la resistencia robusta de los ladrillos. Al mismo tiempo, los ladrillos de vidrio también pueden ser más resistentes térmicamente que los acristalamientos convencionales.
Estas fachadas añaden un efecto pixelado que juega con la luz y la sombra, transmitiendo perfectamente la luz, al tiempo que mantienen la privacidad. La forma en que las fachadas de ladrillos de vidrio suavizan y mezclan las vistas del exterior puede aumentar la calma y la concentración. Desde elegantes edificios comerciales hasta proyectos residenciales de vanguardia, las fachadas de ladrillos de vidrio continúan empujando los límites de la innovación arquitectónica, cautivando tanto a diseñadores como a observadores por igual.
En las últimas décadas, el término "reutilización adaptativa" ha ganado una tremenda popularidad como un enfoque de construcción ecológico. Pero, ¿qué pasaría si hubiera algo más poético sobre reformular un espacio y sus historias para nuevos usuarios? Estos arquitectos muestran que las fachadas, paredes y texturas -antes consideradas desechables- pueden obtener nuevos significados a través de audaces y astutas yuxtaposiciones. Estas adaptaciones muestran con orgullo sus conversiones y capas de patina histórica debajo de ellas como un distintivo de honor y hablan de la permanencia de los edificios y su impermanencia en el uso e interpretación. A través de sutiles movimientos formales y elecciones de materiales, transformaron estructuras que de otra forma hubieran sido demolidas y las reimaginaron de maneras nuevas e intrigantes.
Los ladrillos forman parte del imaginario colectivo cuando pensamos en construcción. Se trata de materiales elementales, omnipresentes, modulares, ligeros y confiables para la construcción de edificios. Sin embargo, la fabricación tradicional de bloques cerámicos se basa en la quema de arcilla en hornos a altas temperaturas, por lo general alimentados con combustibles fósiles no renovables como el carbón o el gas natural. Además, el proceso de transporte aumenta significativamente su huella ambiental, ya que los materiales son pesados y voluminosos. Sabemos que existe un interés creciente por encontrar materiales de construcción alternativos, que ofrezcan un menor impacto ambiental y una mayor sostenibilidad. De hecho, los ladrillos de suelo cemento son un buen ejemplo, ya que presentan una menor huella ambiental al utilizar materias primas locales y eliminar el proceso de quema, pero manteniendo muchas de las cualidades intrínsecas de los ladrillos tradicionales.
A medida que la IA se ha vuelto más accesible, hemos presenciado ejemplos que ilustran sus diversas aplicaciones. Destacan entre ellos las IA generativas, que se conocen por su capacidad para "crear" imágenes a través de indicaciones, muchas de ellas distinguidas por su composición y viveza. Estos sistemas de IA son redes neuronales con miles de millones de parámetros, entrenados para crear imágenes a partir de lenguaje natural, utilizando un conjunto de datos de pares de texto-imagen. Por lo tanto, aunque la pregunta inicial planteada por Turing en la década de 1950, "¿Pueden las máquinas pensar?", todavía se repite hoy en día, la generación de imágenes y texto se basa en información existente, limitando sus capacidades.
Lo que ha sorprendido a muchos es la creciente cercanía a superar la prueba de Turing y la similitud, en términos de visualizaciones, con lo que un arquitecto con habilidades en este campo puede lograr. En este contexto, mientras el debate persiste en la comunidad arquitectónica sobre si la IA puede procesar conceptos arquitectónicos, este artículo explora cómo interpreta los materiales para desarrollar estas representaciones visuales. Con eso en mente, se desarrolló una sola indicación para este experimento (con la materialidad como variable) para profundizar en los resultados obtenidos.
https://www.archdaily.co/co/1011416/la-inteligencia-artificial-correlaciona-la-materialidad-con-la-arquitectura-contemporanea-un-experimento-con-6-materiales-de-construccionEnrique Tovar
La escasez de agua es una de las situaciones más estresantes que uno podría sufrir. Y sin embargo, en India, un país que tiene el 18% de la población mundial total con solo el 4% de sus recursos hídricos, esta es una lucha recurrente con un notable número de hogares indios que tienen que enfrentar la escasez de agua a diario.
El ciclo anual del agua es duro y va de un extremo a otro. Las duras temporadas de monzones e inundaciones se convierten en insufribles sequías, lo que hace cada vez más difícil controlar y retener los recursos hídricos. Aunque la mayoría de las acciones a gran escala se centran en las consecuencias para los sectores agrícola y productivo, el resultado también es reconocible a nivel de hogar individual. Por lo tanto, las acciones acumulativas a pequeña escala son vías relevantes para que los ciudadanos (... personas, diseñadores) mitiguen el problema.
Desde el periodo precolombino de América, en el cual florecieron culturas como la olmeca, maya, purépecha y mexica (azteca), hasta la época moderna, donde la arquitectura se ha visto influenciada por movimientos sociales e incluso desastres naturales, la arquitectura mexicana exhibe una valiosa expresión arquitectónica con una voz propia y características distintivas. El Premio Nobel de Literatura Octavio Paz sostenía que la arquitectura es un testigo incorruptible de la historia. Asimismo, los materiales que la conforman han actuado como protagonistas de ella, perdurando en muchos casos a lo largo del tiempo y evolucionando gracias a las generaciones de arquitectos que han contribuido desde diversas perspectivas.
Para trazar una línea del tiempo, es posible tomar como punto de partida la arquitectura prehispánica, que exhibió una diversidad de matices debido a la vasta extensión territorial de México. Esto permitió que diversas culturas encontraran su nicho y desarrollaran estilos arquitectónicos característicos. Posteriormente, la época de la colonización española, que a su vez recibió influencias de la arquitectura islámica, representó un notable punto de inflexión en el desarrollo arquitectónico. Esta fase perduró hasta la llegada de la Independencia de México en el siglo XIX. A su vez, esto marcó el inicio de movimientos sociales y culturales, tanto durante como después de la Revolución Mexicana a principios del siglo XX.
https://www.archdaily.co/co/1006708/materiales-que-definen-la-estetica-arquitectonica-mexicana-contemporaneaEnrique Tovar
Los arquitectos y diseñadores a menudo buscan formas de hacer que las fachadas y las superficies interiores de los edificios destaquen entre la multitud. Pero a veces el cambio más pequeño puede tener el mayor impacto una vez que das un paso atrás y ves el panorama completo. Al emplear un patrón ilusorio, como píxeles tramados o puntos de semitonos, o al realizar cambios sutiles pero intencionales en la posición u orientación de los materiales, las superficies planas se pueden transformar en formas curvas y en movimiento.
Los patrones de medios tonos funcionan reduciendo una superficie sólida de color en puntos de tamaño decreciente. A medida que los puntos se reducen gradualmente a nada, no dejan nada excepto un color de fondo. El resultado es una superficie plana con un degradado que imita las sombras o luces de una curva tridimensional. Mientras tanto, el tramado es el proceso de difuminar múltiples tonos del mismo color para mezclarlos. El efecto permite a los diseñadores, a una escala suficientemente grande, crear imágenes con profundidad y curvas, utilizando un solo color. O incluso para crear la ilusión de un color intermedio.
La materialidad es un factor determinante a la hora de dar forma al carácter y la experiencia de un edificio. Jugando con las cualidades estéticas y táctiles de los materiales, el proceso de diseño abarca su análisis, selección y disposición para crear espacios ricos en estímulos sensoriales. Además de texturas y patrones, explorar la materialidad también implica el estudio de las posibilidades del color. El papel versátil del color en los materiales arquitectónicos se extiende más allá de la mera estética, ya que puede ampliar las oportunidades de diseño e influir en las respuestas emocionales, la funcionalidad, la relevancia cultural y el desempeño ambiental.
Si bien cada material tiene su color inherente y distintivo, la adición de pigmentos artificiales o naturales puede modificarlos a favor de la identidad del proyecto. Profundizando en el debate sobre mantener la estética cruda o cambiar los tonos naturales de un material, mostramos varios proyectos para estudiar las diferencias entre el uso de pigmentación natural versus artificial del vidrio, hormigón, ladrillo, piedra y madera.
Con más de 11.000 años de historia, el ladrillo es uno de los materiales de construcción más antiguos. Es más, reemplazando los bloques de barro secados al sol, los romanos fueron los primeros en experimentar con masas de arcilla cocida en nuevas formas constructivas como arcos, bóvedas y cúpulas. Si bien las dimensiones y métodos de fabricación de este pequeño módulo han evolucionado a lo largo de los años, sus componentes y clásica forma rectangular han experimentado pocos cambios, en especial considerando su larga historia. La explicación es simple: el ladrillo, con su calidez, versatilidad y destacadas propiedades estructurales, es un material atemporal que no pasa de moda.
Es crucial considerar el impacto ambiental futuro de todo lo que creamos. El cambio climático sigue ocupando un lugar destacado en la agenda global, y todas las industrias deben participar en el objetivo de alcanzar Carbono Cero. Una de las industrias más desafiantes es la construcción, que juega un papel vital en el proceso de descarbonización y se enfrenta constantemente a desafíos para volverse más verde. Por lo tanto, exige técnicas innovadoras y desarrollo de datos para encontrar procesos nuevos y sostenibles. Una solución es introducir y diseñar materiales más limpios y eficientes. Los ladrillos son un buen ejemplo, ya que se pueden utilizar en la construcción de edificios para garantizar un proceso circular y minimizar las emisiones de carbono, siendo un material extremadamente duradero que se puede producir con técnicas más sostenibles.
Existen pocos materiales tan diversos y atemporales como el ladrillo, siendo considerado como un elemento básico tanto para la arquitectura tradicional como para la arquitectura moderna. En muchos casos, quitar el yeso o la pintura de un edificio histórico puede revelar valiosas paredes de ladrillo, que aportan una gran cantidad de textura, calidez y carácter a un espacio habitable. Crudo o pintado, el aspecto del ladrillo se presta para una gran variedad de estilos, desde lo rústico hasta lo industrial.
Los siguientes 5 proyectos ejemplifican cómo el ladrillo a la vista se puede utilizar para potenciar la mezcla de texturas en el diseño de espacios interiores.
"Bienvenidos a este extraño libro. Con todos los dibujos, puede parecer un manual, pero no lo es. Trata tanto de las articulaciones como de las piezas, pero sobre todo, atiende el orden que es inherente a las cosas”. Estas palabras introducen el libro de Koen Mulder - The Thrilling Surface: The Brick Bond as a Composers Tool. Disponible en alemán, durante 160 páginas el autor rigurosamente presenta un universo de posibles variaciones de los patrones que se pueden crear.
Entrevistamos a Koen por este motivo, para averiguar qué lo inspiró a discutir este tema, para comprender cómo logró recopilar toda la información y para visualizar el impacto que este tipo de estudios puede tener en la arquitectura.
Habitualmente, los ladrilos se han utilizado en la arquitectura para cumplir una doble función: estructural y estética. Mientras se desempeñan como una efectiva y resistente solución modular en las estructuras de los edificios, sus caras pueden quedar visibles para constituir su imagen arquitectónica, generando fachadas ricas en textura y color, gracias al hierro presente en la arcilla que los compone.
En la actualidad, existen productos que permiten fusionar la apariencia atractiva de los ladrillos con otros sistemas estructurales, separando sus funciones y entregando la libertad necesaria para que las fachadas puedan moverse creativamente en favor de las condiciones de cada proyecto y los requerimientos de sus usuarios.