Este sábado 26 de mayo se inaugurará el pabellón peruano en la Bienal de Venecia 2018 y las huacas de Lima no volverán a ser vistas con los mismos ojos –o no deberían– gracias a la propuesta curatorial “En Reserva” de Marianela Castro de la Borda, Janeth Boza y Javier Lizarzaburu, quienes logran sintetizar 4.000 años de arquitectura en un espacio de 250 metros cuadrados.
Valiéndose de una lectura poética, los curadores nos llevan a una Lima milenaria y sus huacas en conflicto como “ciudad nudo” para redescubrir sus posibilidades infinitas de “ciudad viva” que se desarrolle respetando todas sus capas históricas. El objetivo de los curadores es resaltar la existencia de 447 huacas en estado de olvido y espera en la capital peruana; al mismo tiempo revelar sus atributos para convertirse en los espacios públicos tan ansiados y necesitados por los limeños.
La próxima inauguración de la 16 Exhibición Internacional de Arquitectura de La Bienal de Venecia –que se llevará a cabo desde el 26 de Mayo– es motivo suficiente para ir develando capas de lo que será la muestra del pabellón peruano a cargo de los curadores Marianela Castro, Janeth Boza y Javier Lizarzaburu, quienes en esta publicación nos revelan nuevas imágenes para acercarnos a sus visiones. Por su parte, el comisario José Orrego, encargado de la participación peruana desde el 2012, resalta el gran entusiasmo que ha despertado la originalidad de la propuesta ganadora del concurso nacional, al que se presentaron 40 propuestas.
El enfoque de esta exhibición internacional permite visibilizar los temas que forman parte de la problemática arquitectónica local, pues abre las puertas para que estas reflexiones se conviertan en propuestas que enriquezcan la comprensión de nuestras ciudades. Bajo la dirección curatorial de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, el tema principal de la bienal de arquitectura de Venecia es “Freespace” definido como “la capacidad de la arquitectura para encontrar generosidad adicional e inesperada en cada proyecto”. Descubramos en esta recopilación de imágenes e ideas qué es lo que el equipo curatorial nos revela al respecto.
Aunque son fotografías contemporáneas amateur, no nos quedemos con la simple vista, miremos más allá. Estos “falsos cerros” esconden huacas que –hayan sido centros ceremoniales, complejos administrativos o depósitos de alimentos– nos dejan como mensaje ese develar de capa tras capa, donde se van descubriendo distintas etapas de la historia y las formas de vida de nuestros antepasados prehispánicos, brindando una forma de asombrarnos al ver debajo de las superposiciones del tiempo. Las huacas nos enseñan a ver con mayor amplitud y perspectiva.
“Aunque parezca raro, este es el único concurso de ciudad y patrimonio que hay en el país. Es un concurso ciudadano votado por ciudadanos. Lo que premiamos son esas muchas miradas a Lima, porque es una manera de conocer, entender y querer a esta gran y difícil ciudad”. Nos cuenta Javier Lizarzaburu, gestor de la página “Recuperemos la memoria de Lima como ciudad milenaria” y de la campaña Lima Milenaria, quien heroico e incansable cada día nos recuerda y rescata bellas capas históricas limeñas. Un develar que se aprecia en la iniciativa de este V Concurso de Fotografía de Lima Milenaria realizado a fines de Mayo, abierto con libertad a cualquier peatón con cámara que valore, critique o cuestione la ciudad.
Cabe destacar que este año ha habido una participación récord: “de un promedio de 50 imágenes en eventos anteriores saltamos a unas sorprendentes 228 fotos”, de 78 personas. Además, por primera vez, se salió de las fronteras locales con participantes de otros seis países: Colombia, Chile, México, Estados Unidos, Francia y España. Finalmente, no menos trascendente, los premios fueron libros donados generosamente por distintas personas, empresas e instituciones que apoyan este relato. Con esto se cierra una cadena cultural:desde que con un clic se detiene el tiempo y la causa, hasta compartir una fotografía reflexiva, así como premiar con saber al conocimiento; nos deja un gran mensaje de integración de nuestra memoria a la ciudad -o viceversa-, y de vuelta al círculo.
Es así que este concurso, “caleta” -es decir, sutil, perfil bajo, modesto- y maravilloso, es más que un despliegue visual, un abrumar de los sentidos y del pensamiento. Pues te quedas pensando en estas Limas que estamos dejando pasar. Muchos sentimientos encontrados, desde orgullo hasta decepción y más.¿Un mea culpa quizás? Imágenes cotidianas, al paso, o con enmarque, algunas estaban ahí pero no las habíamos visto desde ese ángulo, hay las que nos dan el encuentro o aquellas que vamos en búsqueda porque no son tan accesibles, las desconocidas o las olvidadas…todas válidas visiones de amantes de Lima. Miren y lean bien, pues esto no es un concurso pro, es sinceridad pura sin mayor maestría que la conciencia.
Lima Milenaria, una ciudad de mil capas históricas por fotografiar. Dicen por ahí que una foto es capaz de detener el tiempo y por qué no trascenderlo, pues al capturar la imagen algo te detuvo; pero luego al verla, has creado una nueva dimensión. Esto resulta ser un gran ejercicio para valorar y tener memoria, más aún para desmemoriados. Nos urge a los limeños, por eso agradecemos la llegada de esta convocatoria.
Recuperemos la memoria de Lima como ciudad milenaria anuncia el lanzamiento del V Concurso de Fotografía Lima Milenaria, con más de 30 premios para los ganadores. Fotografiar nuestro patrimonio es una de las mejores maneras de conectarnos con esa herencia. El plazo para el envío de fotos vence el 12 de mayo. Para saber más detalles, sigue leyendo.