
Una forma de emplear el color es a través de la monocromía, una técnica de diseño que consiste en utilizar una sola tonalidad o color en un espacio. En arquitectura, la monocromía es una herramienta poderosa en donde se puede hacer un juego de distintas tonalidades a partir del uso de luces y sombras, generando espacios que ofrezcan experiencias únicas a sus habitantes.