Hace aproximadamente treinta años el paisajista francés Patrick Blanc se convirtió en pionero en la implantación de jardines verticales en París y posteriormente en otras ciudades del mundo. A través de la creación de estructuras verticales capaces de soportar y nutrir especies vegetales, el sistema permite que la vegetación crezca y reduzca considerablemente la temperatura en los interiores de los edificios cuando se instalan en sus fachadas, permitiendo la expansión de las áreas verdes mediante la inversión de sus áreas, desde el suelo (horizontal) a los muros (vertical).
La práctica de Blanc trajo un conjunto de acciones posteriores, reconociendo los valores de los espacios verdes y su contribución a las políticas sociales, ambientales y urbanas.