“ El avance de una nueva objetualidad puede ser adjudicado a su efecto icónico y a la manera en que éste incrementa las cualidades comunicacionales del edificio, en tanto lo presenta como una imagen única. En el actual contexto de rapidez comunicacional, es la simpleza y la simultánea rareza de una forma lo que la hace más efectiva. Aunque la objetualización de la arquitectura se hace visible en una serie de manifestaciones recientes, es un camino que comenzó a recorrerse tiempo atrás. No se trata sólo de la manifiesta vocación que el edificio urbano moderno mostró por separarse de sus vecinos hasta convertirse en un edificio exento, aislado. Se trata de que los edificios contemporáneas (si no todos, muchos) crecientemente buscaron establecer una diferencia radical con sus vecinos y , aun, con los precedentes conocidos. Es la búsqueda de una identidad basada ya no en la variación, como había sucedido en las tradiciones pasadas, incluso la moderna, sino exclusivamente en la diferencia”. (Extracto de editorial “Una Nueva Objetualidad” por Fernando Diez)