Se podría decir que hemos esperado la caída del sol para reavivar la calidez de esta experiencia –y así mimetizar la nostalgia con el recién llegado otoño–.
El fin del verano ha llegado en el hemisferio sur occidental, y entre las tantas buenas nuevas lecciones que nos deja cada clima, por estos lares en uno de los lugares más cálidos del Perú, el TSI 2019 dejó huellas y obras que tarde o temprano estaríamos listos de revelar. Todos o la mayoría de quienes participaron aquí ya se encuentran de vuelta a la rutina de clases o trabajo, y al final de la estación este es un lugar al cual volver.
Hace poco tiempo se dieron a conocer los resultados del Concurso Nacional de Catálogos de Escuelas Modulares en Perú, declarando por unanimidad a un mismo equipo ganador para las cinco categorías en las respectivas zonas bioclimáticas: Costa, Costa Lluviosa, Sierra, Heladas y Selva. La gran sorpresa fue que este equipo era la integración de diversos estudios de arquitectura de gran impacto en el país, cuyas propuestas así lo demuestran. Lo maravilloso de esto fue que ganó la unión y la diversidad para un concurso que busca lo mismo con la arquitectura y la educación.
Más hay un detalle importante, que es parte del proceso de este concurso, y los procesos son caminos que recordar. El proyecto realizado por los estudios de arquitectura leonmarcial + Ghezzi Novak fue declarado por el jurado evaluador como primer lugar en la categoría del Catálogo Sierra; sin embargo, por no cumplir con la documentación requerida fue descalificado. Esta situación es común en los concursos de arquitectura y queda respetar las reglas.
Aparte de los buenos proyectos que finalmente ganaron, ¿qué pasa con los proyectos que se quedan en el camino?, ¿qué sucede con todo ese valioso material?, merecen ser visibilizados también, pues son esfuerzos que algún desenlace deberían lograr. Nos interesa difundir los buenos proyectos arquitectónicos, y este sin duda con su calidad de ganador lo es.