Este artículo se publicó originalmente en Common Edge.
En 2018, el barrio romano de San Lorenzo acaparó los titulares cuando una niña fue encontrada muerta en un edificio abandonado. Los medios de comunicación se centraron en el declive de la zona, ignorando su larga historia política y cultural. Conocido como un territorio "rojo", San Lorenzo fue uno de los pocos distritos que resistió la Marcha de Mussolini de 1922 sobre Roma. Construido a fines del siglo XIX para albergar a una población de artesanos de clase trabajadora, así como a trabajadores ferroviarios y de fábricas, el vecindario tiene un ambiente arenoso, definido por los restos de su pasado industrial y edificios que aún muestran las cicatrices de los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial. Este pequeño barrio céntrico está encajado entre Termini, la principal estación de tren, Verano, el cementerio monumental inaugurado en 1812, y la Città Universitaria La Sapienza (Universidad de La Sapienza).