El Grupo de Tecnología de Estructuras de la Universidad Politécnica de Catalunya ha desarrollado un tipo de hormigón que tiene la capacidad para hacer crecer organismos vegetales de forma natural.
Se trata de una mezcla de dos tipos de cementos, uno convencional y otro con base de fosfato de magnesio.
El material, idealmente para ser utilizado en fachadas, ofrece ventajas como la reducción del CO2, el aumento del confort térmico y sumar un componente estético.
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