El movimiento moderno ha tenido muchas fases y adaptaciones en todo el mundo, desde las estrategias de reconstrucción postguerra en Europa hasta el Estilo Internacional en Estados Unidos. Una de esas facetas —quizás la menos gloriosa— es la ofrecida por los edificios sociales construidos en la Europa oriental como resultado de iniciativas soviéticas para ofrecer viviendas de bajo costo a la población.
Frecuentemente asociados a proyectos fracasados, estos edificios presentaban geometrías bien pregnantes y predecibles, con una ligera variación cromática entre uno y otro. Bloques, por así decirlo, que en manos y mente del diseñador lituano Lukas Valiauga asumen un aspecto lúdico y totalmente fuera de contexto.