La mayor parte del trabajo en la arquitectura es arduo y esto suele resultar en situaciones de injusticia. Durante la etapa académica, las soluciones a los problemas de la arquitectura y las ciudades se encuentran dentro del campo de la reflexión y la creatividad. Ese es el único momento en la vida de los profesionales donde sucede esto y, en muchos sentidos, esto no forma adecuadamente al estudiante de arquitectura para el mundo real, que es un mundo de trabajo pesado. En realidad, los arquitectos no son héroes
The Architecture Lobby: Las más recientes noticias y obras de arquitectura
Las y los arquitectos no son héroes, son trabajadores
La arquitectura del trabajo: condiciones laborales y la nueva normalidad
El trabajo da lugar al diseño. Como el agregado del esfuerzo físico y mental utilizado en la creación de bienes y servicios, el trabajo está vinculado tanto a lo que creamos como a nuestro proceso. En un campo conformado por la producción, la arquitectura y el diseño dependen del trabajo de una amplia gama de profesionales. Pero a medida que los trabajadores dedican cada vez más horas y las medidas tradicionales de cambio de seguridad, han surgido cuestiones de prácticas laborales en medio de condiciones más amplias de la cultura laboral contemporánea.
¿Odias la arquitectura contemporánea? Culpa a la economía, no a los arquitectos
Este artículo fue publicado originalmente por Common Edge como "La política de la arquitectura no es una cuestión de gusto".
Recientemente, Current Affairs publicó un ensayo de Brianna Rennix y Nathan J. Robinson titulado "Por qué odias la arquitectura contemporánea: y si no lo haces, por qué deberías hacerlo". La pieza, escrita en un pseudo-divertido léxico de Internet donde todos los objetos de la crítica son "basura", está tan cargada de ironía, el más pobre de los sustitutos del análisis, que es difícil discernir un argumento central. Aún así, me gustaría cuestionar la premisa central de la pieza: que lo que los autores denominan "arquitectura contemporánea" es feo y opresivo, y que el hecho de que les guste no está lejos de lo inmoral.
Arquitectos, trabajadores en precarias condiciones (y otros males)
Las burbujas inmobiliarias y los recientes remezones económicos internacionales han dejado en evidencia la precariedad laboral en el ejercicio profesional de la arquitectura, independiente del tamaño de la oficina y su prestigio global: así han surgido iniciativas colaborativas como Archleaks, quienes recogen testimonios anónimos sobre malas prácticas laborales en despachos europeos, mientras en España la interminable crisis ha radicalizado la precariedad del mercado, alimentando el nacimiento de Sindicato de Arquitectos de España (SArq) en noviembre de 2009, el primero en su especie.
Asimismo, en Estados Unidos se fundó The Architecture Lobby, una organización que aboga por el valor de la arquitectura entre el público general y por el trabajo arquitectónico dentro de la disciplina. "El mito que los arquitectos lo tienen todo -profesionalismo, libertad creativa, autonomía, poder cívico, caché cultural- dura hasta tu primer día de trabajo", señalan. Y claro, a veces nos olvidamos que el arquitecto es, ante todo, un trabajador asalariado como cualquier otro.
Sigue leyendo después del salto.