
Cada vez que veo sensacionales exposiciones sobre la intensidad espacial supuestamente sublime de la Ciudad Amurallada de Kowloon en Hong Kong (demolida en 1994), me parecen nada más que fantasías coloniales que tienen poco que ver con la realidad de vivir en medio de uno de los tugurios más crudos del mundo. Como verán la ciudad amurallada surge constantemente como si fuera todavía un tema válido o incluso interesante. Sobre este asentamiento informal se ha diagramado, fotografiado y escrito por décadas desde un punto de vista estético, modificando su imagen haciendo que las oprimidas víctimas de sus habitantes casi sean invisibles. Sin mencionar que esto no fue un hogar para gran cantidad de las personas que lo habitaron y que no hubo "buenos recuerdos" que se formaran allí, pero aún así, al igual que todos los barrios pobres, era un lugar difícil para vivir, lleno de contradicciones en la bruma de la esperanza de un mejor vida.