La construcción con madera se remonta al período del Neolítico, o incluso antes, momento en que el ser humano comenzó a utilizar troncos para construir refugios y pequeñas chozas. El surgimiento de los primeras herramientas de piedra pulimentada (frotadas unas contra otras), como cuchillos y hachas, hicieron que su manejo fuese más eficiente y preciso, aumentando el grosor de sus secciones y su resistencia. Con el pasar de las décadas, la apariencia rústica de las primeras construcciones fue haciéndose cada vez más ortogonal y limpia, en respuesta a la estandarización, la producción en masa y el surgimiento de nuevos estilos y estéticas.
Hoy nos encontramos en un emocionante momento de florecimiento y evolución de la madera. Nutrida y fortalecida por avances tecnológicos, nuevos sistemas de prefabricación, y una serie de procesos que aumentan su sostenibilidad, seguridad y eficiencia, la madera está comenzando a colonizar los skylines de las ciudades y a su vez, está reconectando nuestros espacios interiores con lo natural a través de su calidez, textura y belleza. ¿Por donde nos llevará este camino? Revisemos 7 tendencias que sugieren una dirección.