Es fundamental para los arquitectos saber de estructuras, no sólo para llevar sus diseños a la realidad, sino también para debatir de tú a tú con los ingenieros calculistas, en busca de las mejores soluciones para la construcción de la obra. El pre-dimensionamiento estructural se vuelve crucial para el diseño inicial de los componentes estructurales, observándose así las restricciones y las posibilidades de los espacios.
Una de las principales cargas que debe soportar una estructura es su propio peso, entonces, es imprescindible conocer este dato para que se puedan dimensionar las diversas partes del edificio. Al iniciar un proyecto estructural, el ingeniero aún no conoce las dimensiones de las diferentes piezas que componen la estructura, y por lo tanto, tampoco puede conocer su propio peso. Se plantea una paradoja sin solución: para saber el peso es necesario saber las dimensiones, pero, para saber las dimensiones, es necesario saber el peso.
También el arquitecto –al desarrollar el proyecto arquitectónico– se encuentra en una situación incómoda, ya que no conoce el tamaño de cada una de las partes del edificio. El dimensionamiento estructural está lejos de ser iniciado y el espacio ocupado por cada una de las partes de la estructura interfiere directamente en la funcionalidad y la estética de su arquitectura.