Cuando se trata de resistencia sísmica, existen una serie de mitos que cuestionan la capacidad de la madera para cumplir un papel efectivo en caso de un terremoto. Sin embargo, su ductilidad le permite deformarse plásticamente sin romperse, absorbiendo y disipando la energía generada por el movimiento y la vibración. Además, a diferencia del acero o el hormigón, la madera es un material ligero con una buena relación resistencia-peso, lo que le permite soportar fuerzas sísmicas sin sumar una carga excesiva a la construcción. Esto ha sido ampliamente verificado en viviendas de todo el mundo. Pero, ¿cómo se comporta un edificio de madera de gran altura frente a un terremoto?
Para disipar dudas, el Proyecto Tallwood levantó recientemente un edificio de 10 pisos de madera contralaminada (CLT) en la Universidad de California, San Diego (UCSD). La estructura fue evaluada en una mesa vibratoria que simuló el terremoto Northridge de 1994 en Los Angeles, de magnitud 6.7, y el terremoto Chi-Chi de 1999 en Taiwán, de magnitud 7.7.