Desde que era estudiante en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Valeria Prieto se interesó por la arquitectura vernácula. En su trabajo de tesis y en experiencias posteriores descubrió que en los procesos de construcción tradicionales está siempre implícita la participación. Los autores de un edificio vernáculo forman parte de comunidades de las que adquieren conocimientos y con las que colaboran en su producción.
Estas reflexiones han guiado su trabajo a lo largo de medio siglo, y hoy forman parte del Pabellón de México en la Bienal de Venecia 2016.