Espacios oscuros, claustrofóbicos, un laberinto lleno de trampas ambientado dentro de una ciencia ficción atípica, con un misterio matemático y el peligro asechando en cada oportunidad como los filmes clásicos de terror, de eso va “Cube”, película de bajo presupuesto pero de grandes ideas que nos transporta a un universo muy palpable donde la mayor amenaza es el espacio mismo.
“Cube” es una prisión, un laboratorio de extraños propósitos compuesta por la sucesión en las tres dimensiones de un número elevado de cubos perfectos, los cuales, como si se tratara de un cubo “Rubik”, se traslapan entre sí a cada determinado tiempo. Dicha estructura podemos asociarla con la arquitectura fractal, que a modo de caleidoscopio nos muestra una visión infernal de la cual los protagonistas no pueden escapar ante su aparente infinita repetición.