Cualquiera que sea la religión a la que pertenecemos, o incluso si renunciamos o denunciamos la religión organizada en todas sus formas, es muy recurrente entrar en contacto con la iconografía religiosa en países predominantemente cristianos; la estética clásica de la arquitectura de la iglesia.
Dentro de estos espacios se suelen celebrar al menos tres eventos principales de la vida: nacimientos, muertes y matrimonios. Allí nos impresionan las bóvedas altas, la piedra intricada y, en un día soleado, la belleza espiritual y los cambiantes colores de la luz que atraviesan los vitrales.