Este artículo fue originalmente publicado en Common Edge.
Ya está aquí. El renacimiento digital del siglo XXI acaba de dar a luz a su último debutante, y su elegante y sensacional entrada ha provocado la histeria del mundo entero. Ahora se adentra sin esfuerzo en la disciplina de la arquitectura, brillando con la promesa de ser inmaculado, revolucionario e invencible: ChatGPT. El último chatbot de OpenAI ha tenido una acogida frenética que resulta demasiado familiar, casi un déjà vu. La razón es la siguiente: Cada vez que una innovación tecnológica asoma por el horizonte de la arquitectura, se la pone inmediatamente bajo un foco cegador y se la promociona como "la próxima gran cosa". Incluso antes de que haya sido comprendida, asimilada o ratificada, la idea ya cuenta con una horda de partidarios y otra aún mayor de detractores. Hoy, mientras todo el mundo se prepara para dejarse arrastrar por el diluvio de un nuevo avance, nosotros echamos una mirada introspectiva y analizamos adónde nos ha llevado la tecnología y qué más nos espera.