La integración de la biotecnología en las ciudades es lo que está demostrando la startup francesa Glowee, que desarrolló un sistema de iluminación que usa bacterias modificadas genéticamente (e inofensivas para las personas). El objetivo de la empresa es utilizar este método, que no consume energía eléctrica, para iluminar fachadas, monumentos, vitrinas y espacios públicos, además de paraderos de micros y placas.
La idea nació después que los fundadores de Glowee vieron un documental sobre peces y animales marinos que producen luz propia. ¿Cómo transferir ese sistema de la naturaleza para las ciudades? Las bacterias, que no son tóxicas, reciben un gen de luminiscencia de los calamares y son cultivadas en una solución con nutrientes y azúcar para multiplicarse.