Este artículo fue publicado originalmente en Common Edge.
Cuando MUNI de San Francisco gastó mucho dinero en un "metro central" hacia Chinatown, tenía mis dudas. Sin embargo, un sábado reciente, reviví mi afición por las galerías de arte que tenía antes de la pandemia, tomando el tren desde Berkeley hacia la ciudad, caminando hacia una galería cerca de la estación Embarcadero, luego tomando un tranvía pasando el estadio hasta la estación de CalTrain, donde tomé otro tranvía hacia el sur hasta el grupo de galerías y estudios de artistas de Minnesota Street en Dogpatch.
https://www.archdaily.co/co/1001282/considera-la-ciudad-de-15-mphJohn J. Parman
Se espera que las ciudades africanas experimenten un aumento significativo en la población en los próximos 30 años. Según las proyecciones de las Naciones Unidas, estas ciudades recibirán 900 millones de habitantes adicionales para el año 2050. Este cambio demográfico creará oportunidades y desafíos que remodelarán la naturaleza y estructura de estas ciudades. Estos desafíos incluyen la necesidad de crecimiento económico, una mayor demanda de vivienda e infraestructura, y el desarrollo de sistemas de transporte complementarios. Hasta ahora, la mayoría de las ciudades africanas han respondido a este rápido crecimiento de la población con patrones de desarrollo horizontal que expanden los límites de la ciudad, aumentan la fragmentación social y, en última instancia, conducen a una mayor dependencia del automóvil.
Ya sea que viva en un área urbana, suburbana o rural, es muy probable que usar una acera, de alguna manera, sea parte de su rutina diaria. Ya sea que cruce una acera para llegar a su automóvil en un estacionamiento o camine varias cuadras en su viaje diario a su oficina en el centro, las aceras son fundamentales para crear lugares seguros para los peatones lejos de las calles. Pero, ¿qué sucede cuando las ciudades no se hacen cargo del mantenimiento de las aceras y quedan protegidas por las personas que solo las usan?
Cada ciudad es un entorno complejo que reúne personas, culturas, arquitectura, comercio e incluso naturaleza. Al experimentar una ciudad, se presta mucha atención a su apariencia, pero eso no es todo. La teoría del diseño sensorial pretende ir más allá de la vista y explorar la riqueza del entorno construido a través de texturas, olores y sonidos. Para los planificadores de la ciudad, generalmente se presta mucha atención al paisaje visual y sonoro de una ciudad, pero en términos de olor, la atención se centra principalmente en la gestión de desechos o la limpieza de áreas insalubres. Sin embargo, el olfato, tan a menudo pasado por alto, está fuertemente ligado a la creación de recuerdos afectivos. El sentido contribuye a nuestra comprensión del mundo; revela prácticas culturales ocultas y completa la experiencia de un entorno.
En el marco del concurso “Estudiantes reinventando ciudades” de C40 Cities, fueron anunciados los proyectos ganadores de todas las ciudades que han participado: Barcelona, Bogotá, Dubai, Paris, Atenas, entre tantas otras más. Entre ellos, se destaca el proyecto “Balvanera 2030” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, que se consolidará bajo el objetivo de aportar ideas para rediseñar el barrio de Balvanera Sur, teniendo en cuenta una serie de ejes ecológicos y sostenibles, que van mas allá de resolver las problemáticas propias del barrio. En base a los principios guía presentados por C40 Cities y ARUP, la idea es repensar la dinámica actual del barrio ya sea desde el comportamiento de sus ciudadanos con el sitio hasta cuestiones estructurales como el espacio público o inmuebles.
La teoría urbana de las ciudades de 15 minutos recibió el Premio Obel 2021 en reconocimiento a la potencialidad del concepto para crear entornos urbanos sostenibles y centrados en las personas. Acuñado por primera vez en 2016 por el profesor de la Sorbona, Carlos Moreno, el término define un modelo urbano altamente flexible que garantiza que todos los ciudadanos puedan acceder a las necesidades diarias a una distancia de 15 minutos, rompiendo así la hegemonía del automóvil y reintroduciendo las cualidades históricas de las ciudades en la planificación urbana contemporánea.
Piensen en la ciudad o pueblo donde viven. ¿Cuánto tiempo tardan en llegar a pie a la tienda? ¿Está la escuela o trabajo lo suficientemente cerca para caminar? ¿Qué tal un parque público, un consultorio médico, una guardería o cualquier otro lugar que visiten a diario? Si bien algunas ciudades ya han considerado lo que significa vivir cerca de todas estas necesidades, otras están renovando sus estrategias de planificación urbana y diseñando sus vecindarios para que sean más amigables para los peatones con el concepto de una “ciudad de 15 minutos”.
A simple vista, cuesta asimilar el título de este artículo, pues el gran número de visitantes a esta importante ciudad -principal lugar turístico del país- se saben caminantes y asiduos activadores urbanos. ¿Por qué se sostiene el reclamo de una ciudad para las personas? Los que no sólo están de paso, sino los que viven allí, conocen mejor que nadie esta realidad. De forma creciente se están priorizando a los autos en vez que a los peatones; y por ende, esto atropella y pone en riesgo la ciudad, su conservación y patrimonio.
Recuerdo haber conocido el efecto de una mágica caminata ahí entre lloviznas, piedras, callejuelas, columnatas y catedrales. Ha de ser uno de los lugares más especiales en el mundo donde caminar es una experiencia mística y envolvente.
Cusco es la capital histórica del Perú, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco, pues antiguamente fue la capital del Imperio Inca, y posteriormente una de las ciudades más importantes del Virreinato. Conserva gran cantidad de monumentos de aquellas épocas reflejado en sus iglesias, palacios y plazas. La plaza mayor, escoltada majestuosamente por dos catedrales, es de sus grandes imanes por su centralidad, arquitectura y actividad cultural congregando a muchas personas pero también a muchos autos. He aquí el tema de discusión. ¿Debería peatonalizarse? ¿Cuál es el estado de la movilidad urbana?
Ve a cualquier ciudad medieval europea y verás cómo eran las calles antes de la llegada del automóvil: encantadoras, pequeñas calles estrechas, íntimas e indiscutiblemente a escala humana. Tenemos muy pocas ciudades en los EE.UU. en donde se pueda encontrar calles como esta. En su mayor parte, lo que se ve son calles que han sido diseñadas teniendo en cuenta el automóvil, a gran escala para una rápida velocidad. En mi San Francisco natal, estamos haciendo que las calles sean más seguras para caminar y andar en bicicleta ampliando las aceras, convirtiendo las vías de automóviles en vías para bicicletas y ralentizando los automóviles. Estamos trabajando con las calles que tenemos; una calle típica de San Francisco tiene entre 60 y 80 pies (18 a 24 metros) de ancho, en comparación con una calle pre-media medieval, que se parece más a 10 a 20 pies (3 a 6 metros) de ancho.
Como diseñador urbano, trabajo en muchos proyectos en los que tomamos grandes terrenos y los subdividimos en bloques mediante la introducción de nuevas calles. Estas nuevas calles son una oportunidad única de dar una nueva mirada a los tipos de caminos orientados al automóvil a los que estamos acostumbrados, y en su lugar, tratar de diseñar calles que prioricen la seguridad y la comodidad de los peatones. Estos proyectos nos dan la oportunidad de diseñar calles que sean solo para las personas. Imagina que hacemos estas calles exclusivas para las personas en senderos estrechos y de estilo medieval que son íntimos y de escala humana. Pero incluso cuando tratamos de diseñar calles que quizás nunca vean un solo automóvil, descubrimos que el diseño urbano moderno se ha convertido en mucho más que lugares para caminar o conducir. Por lo tanto, hay varias cosas que los diseñadores con mentalidad social deben tener en cuenta, más allá de la dicotomía del automóvil peatonal.
https://www.archdaily.co/co/891467/4-cosas-importantes-a-tener-en-cuenta-al-disenar-calles-para-las-personas-no-solo-automovilesKristen Hall
Orientar el diseño de las ciudades hacia las personas es la visión que cada vez se está promoviendo más en las ciudades. Así, se está retomando el diseño a escala humana y dejando de poner en primer lugar a los automóviles, como ha ocurrido en las últimas décadas.
Ejemplo de esto son los proyectos realizados en espacios que antes estaban dominados por los automóviles y que ahora están abiertos para caminar y disfrutar al aire libre, entre los que destacan la peatonalización de Times Square y la demolición de autopistas.
La experiencia de caminar por un barrio puede ser mucho más enriquecedora si tiene ciertas características. Algunas tienen relación con los principales lugares de interés, otras con las dimensiones de las veredas y las calles, y también con los servicios que están disponibles, entre otras.
Con el objetivo de identificarlas y así promover su aplicación en diversas ciudades, sin dejar de lado el contexto local, la arquitecta y planificadora urbana Liz Treutel, que actualmente trabaja como planificadora de desarrollo económico en el Departamento de Transporte de Wiscosin y es miembro del Consejo Ambiental de Michigan, identificó cinco factores que tienen los barrios caminables. Éstos son:
En los últimos años, las prioridades de movilidad de los habitantes de Estados Unidos han presentado notorios cambios, sobre todo en los jóvenes. Si antes para desplazarse veían como principal -y casi única- opción el automóvil, ahora prefieren las caminatas, las bicicletas o el transporte público, según demuestran estudios recientes.
Esta diferencia en la priorización de los modos de movilidad ha generado diversos beneficios no solo para los habitantes, sino que también para la ciudad, ya sea en términos económicos como sociales.