Washington Square Park, Nueva York, NY, 2024. Imagen de Barrett Doherty, cortesía de The Cultural Landscape Foundation
Las protestas, la desobediencia civil y el disenso no solo son una parte definitoria de nuestra historia compartida desde la era colonial, sino que también continúan hasta el día de hoy en los campus, en convenciones políticas y en otros lugares. En este contexto, algunas marchas históricas, manifestaciones y otras acciones están consagradas en nuestra narrativa colectiva, mientras que otras han caído en el olvido. Sin embargo, los paisajes culturales que sirvieron como escenarios donde ocurrieron estos eventos aún existen. Estos lugares son el foco de Landslide 2024: Demonstration Grounds y un portal para volver a involucrarse con las historias de eventos poco conocidos o incluso olvidados que fueron fundamentales en la historia de los Estados Unidos. Los trece sitios diferentes en todo el país, representados en el nuevo informe y la exposición digital de The Cultural Landscape Foundation (TCLF), abordan eventos que moldearon a individuos y desataron movimientos.
A medida que exploramos las prácticas sociales que desafían el modelo dominante en la arquitectura, hemos llegado a reconocer la importancia de abordar cuestiones relacionadas con la identidad, el género, la raza y la orientación sexual dentro del ámbito del diseño espacial. Al considerar estas dimensiones, nuestro objetivo es resaltar cómo el entorno construido puede fomentar nuevas formas de visualizar la sociedad y dar forma a nuestra relación con el mundo que nos rodea. Para brindar información valiosa, hemos seleccionado una bibliografía que muestra las perspectivas y experiencias de las personas que desafían las normas dictadas por un enfoque universalizador. Esta colección de 20 libros ofrece diversas narrativas que nos invitan a percibir, imaginar y experimentar el espacio a través de una lente LGBTQIA+.
Imagen creada mediante DALL-E por Lucas Reitz con el prompt: "una ilustración de las zonas de estar y de espera del centro comercial con sofás y sillones solo ocupados por hombres blancos de clase media"
La dimensión espacial del género es un tema recurrente en el campo arquitectónico. El caso del baño es discutido de forma amplia dentro de las agendas LGBTQIA+ como específicamente en las intersecciones de la teoría queer en la arquitectura.
2022 nuevamente ha resultado en una cobertura diversa en ArchDaily en un año lleno de acontecimientos, desde especular sobre los materiales de construcción del futuro hasta analizar el papel narrativo que juega la arquitectura en la literatura. A continuación se encuentra una selección de artículos de este año, organizados en cuatro temas generales.
La multitud queer siempre ha estado presente, encontrando formas de existir, reunirse y celebrar. Aunque su visibilidad no siempre ha sido destacada a lo largo de la historia debido a la conciencia de haber tenido que someterse a la heteronorma y estricta normalidad de masas en el pasado, no significa que antes no tuvieran espacios propios. Los espacios queer, pasados y presentes, han sido categorizados como fuertes, vibrantes, vigorosos y dignos de ocupar un lugar propio en la historia, colocándose como lugares seguros para la identificación de individuos, lugares de reunión social, entretenimiento e incluso oferta de vivienda comunitaria; por lo tanto, siempre habrá una necesidad de espacios queer.
¿Cómo podría diferir tu personalidad o tus actos si te pusieras por delante de las expectativas y limitaciones de la sociedad, aceptando tu rareza y tus preferencias? Mirando el impacto de la individualidad, hablamos con Andreas Angelidakis, un arquitecto que se refiere a sí mismo como "un arquitecto que no construye", pero que ve la arquitectura como un lugar de interacción social, creando obras que reflexionan sobre la cultura urbana mezclando ruinas, medios digitales y psicología para entender cómo profundizar en uno mismo puede ser tan poderoso como para encontrar diferentes caminos de diseño.
"Crear una ciudad equitativa implica que cada ciudadano tenga satisfechas sus necesidades", dice la arquitecta Wanda Dalla Costa en un momento en que las metrópolis están experimentando muchos cambios. Los arquitectos y el público comenzaron a reconocer el diseño de espacios públicos orientado al género. En todo el mundo, históricamente, las áreas urbanas han sido un lugar de discriminación y peligro para la comunidad LGBTQ+. Por otro lado, el género se puede evidenciar en espacios públicos que promuevan la visibilidad y la interacción entre las personas. Un arduo desafío recae sobre arquitectos y planificadores: diseñar ambientes justos y espacios equitativos.
"Crecer queer significa experimentar la ausencia desestabilizadora de una historia queer amplia y accesible, particularmente en relación con el pensamiento espacial". Este relato es lo que intrigó al diseñador Adam Nathaniel Furman y al historiador de arquitectura Joshua Mardell para reunir a una comunidad de colaboradores para presentar nuevas perspectivas en el campo de la arquitectura. A partir de relatos y espacios que desafían la moral cis-heteronormativa y cobijan a personas que buscan vivir sus propias verdades, surgió el libro titulado "Espacios Queer: Un Atlas de Lugares e Historias LGBTQIA+", que explora diferentes contextos sociales, políticos y geográficos de la comunidad LGBTQIA+.
La época dorada de la Glorieta de insurgentes. El Universal. Image Cortesía de coolhuntermx
Entre el cruce de dos de las avenidas más importantes del centro de la CDMX, se encuentra la Glorieta de los Insurgentes. Este nodo cultural, social y urbano se localiza entre las avenidas Chapultepec e Insurgentes y facilita el acceso a las calles de Oaxaca, Jalapa y Génova. Esta importante plaza pública, que une a la colonia Roma Norte con la Juárez, se ha vuelto el más importante punto de encuentro para la comunidad LGBTIQ+ que visita la Zona Rosa.
https://www.archdaily.co/co/984844/la-glorieta-de-los-insurgentes-en-la-ciudad-de-mexico-un-espacio-lgbtiq-plusBob J. Barraza
Cuando caminas por la ciudad, ¿tienes miedo de ser tú mismo? Por extraña que pueda sonar la pregunta para algunos, es una realidad para la mayoría de las personas LGBTQIA+, quienes en algún momento han sido víctimas de hostilidad cuando se notan actuando fuera del estándar heteronormativo en el espacio público. Si la violencia proviene de estratos sociales que van más allá del espacio diseñado, esto no exime de la importancia de pensar en proyectos que puedan extrapolar el ámbito físico e insertar un factor simbólico y representativo elemental para incluir y educar a sus ciudadanos. Este es el caso del Homomonumento, que desde hace más de tres décadas se ha convertido en una plataforma de celebración y manifestación queer en el corazón de Ámsterdam.
La práctica ética abarca todas las partes de la arquitectura. Desde la interseccionalidad y el trabajo hasta la crisis climática, un diseñador debe trabajar con una variedad de condiciones y contextos que informan el entorno construido y el proceso de su creación. En todas las culturas, políticas y climas, la arquitectura es tanto funcional y estética como política, social, económica y ecológica. Al abordar la ética de la práctica, los diseñadores pueden volver a imaginar el impacto de la disciplina y a quién sirve.
Al atravesar un espacio, un cuerpo lleva consigo muchos significados. La lectura que se traduce de ese diálogo entre la persona y la arquitectura, junto con las sensaciones que se originan en él, demuestran gran parte de la desigualdad social y las estructuras violentas intrínsecas en el imaginario occidental que privilegia un mismo patrón: el hombre blanco. El compromiso de Erica Malunguinho es justamente encontrar un lugar de reequilibrio en el que sea posible lograr una alternancia de poder, en raza y género.
El Día Mundial de la Arquitectura es celebrado el primer lunes de octubre cada año y fue establecido por la Union International des Architects (UIA) en 2005 para "recordarle al mundo la responsabilidad colectiva por el futuro de nuestro hábitat", coincidiendo con el Día Mundial del Hábitat de la ONU.
Este año ambas organizaciones han definido temas relacionados con la mejora de la calidad de vida y la reducción de los efectos de la crisis climática desarrollando acciones en las ciudades. Mientras que el tema del Día Mundial de la Arquitectura 2021 de la Unión Internacional de Arquitectos es "Un medio ambiente limpio para un mundo saludable", el Día Mundial del Hábitat de ONU Hábitat ha anunciado como tema "Acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono".
¿Cuántos arquitectas y arquitectos LGBTQIA + conoces? Ciertamente estudiaste con alguien, pero casi nunca escuchaste a ningún profesor citar una referencia. Traer estos nombres es fundamental para entender cómo esta población juega un papel fundamental en el campo de la arquitectura, en sus áreas teóricas y prácticas. Después de todo, se hace más evidente cómo algunos de ellos aportan experiencias de sus identidades al diseñar o debatir teorías arquitectónicas y urbanas. Un factor fundamental para que cualquier persona que se identifique como LGBTQIA + se sienta libre de expresarse libremente, con su potencial e individualidad en la profesión.
Al definir la sexualidad como una de las varias tecnologías sexuales, Michel Foucault expandió nuestra comprensión de lo que se entiende por sexo. De esta manera, no solo el artefacto construido, con sus diversos mecanismos espaciales para la producción de corporeidad, sino también el pensamiento mismo, en forma de discurso disciplinar, modula la relación entre la arquitectura y el cuerpo. Y lo contrario también es cierto, con la incidencia del género y la sexualidad en la teoría arquitectónica. De una forma u otra, vemos cómo este campo de relaciones es rico y capaz de multiplicar nuestro conocimiento sobre la arquitectura y los propios medios de constitución y comprensión del cuerpo generificado y sexuado.
La arquitectura puede ser muchas cosas, incluso bicha, una forma despectiva para referirse en Brasil a un hombre homosexual (1). Este término, junto con tantos otros que transmiten diferentes posibilidades y significados, desencadenan nuevas perspectivas sociales y ponen en conflicto la forma en que surge un proyecto arquitectónico o urbano, además de su programa y ocupación.
Si se dice cómo la arquitectura debe ser hecha y si hay certeza sobre lo que representa, entonces aquí se expresa el deseo de no saber qué es y el derecho a dudar de sus tradiciones para ampliar la posibilidad de su significado, profesión y representatividad.
Contrario al imaginario popular, es imposible el divorcio entre el derecho y el urbanismo. Ambas disciplinas han servido como instrumento para instaurar las rampantes desigualdades en las que habitamos. Uno a través de la administración de la fuerza estatal, el otro a través de la acumulación del poder territorial. Pero en ambos también pueden encontrarse las claves para tener ciudades más equitativas. La única posibilidad de construir un verdadero derecho a la ciudad es a través de un diálogo interdisciplinario, sobre todo ahora que hay una propuesta de reforma para reconocer ese derecho en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este artículo es una apuesta de espacio para escucharnos entre quienes nos dedicamos al derecho, la arquitectura y al urbanismo.