Cada cierto tiempo es inevitable detenerse, dejar todo de lado, para sólo pensar sobre el futuro. Un necesario ejercicio imaginativo –numerosas veces ejecutado en la historia de las ficciones– que, entre otras cosas, nos permite reconocer dónde estamos y comprender hacia dónde vamos. Así, se vuelve una práctica pertinente e interesante de aplicar en nuestra disciplina, transformadora y visionaria, convirtiéndose en un desafío que les propusimos a diversos arquitectos chilenos, al otorgarles esta licencia no sólo sobre una perspectiva próxima, ya difícil de abordar en la actualidad líquida, sino distante, y que viene a evidenciarse a partir de la pregunta: ¿cuál será el rol de los arquitectos/as en Chile en los próximos 25 años?
Sus opiniones y comentarios, con énfasis en distintas aristas del quehacer arquitectónico, recogen algunos puntos similares al poner en relación problemáticas y cuestiones actuales relevantes para la ciudad del siglo XXI; lo humano –lo ético, lo colectivo, lo común– y lo urbano, en sus relaciones y formas de organización.