En la actualidad, el déficit de vivienda afecta a prácticamente todos los países del mundo. Según un estudio realizado por el Instituto Global McKinsey, 330 millones de familias urbanas en todo el mundo carecen de una vivienda digna, o los costos de la vivienda son tan altos que necesitan renunciar a otras necesidades básicas como alimentos, atención médica y educación para los niños. Según el WRI (World Resources Institute), se estima que 1.600 millones de personas carecerán de una vivienda adecuada para el año 2025.
Resolver este problema es, comprensiblemente, complejo. Tener una buena vivienda significa mucho más que simplemente tener un techo sobre tu cabeza. Una buena vivienda es esencial para la seguridad física y financiera, la productividad económica y el bienestar humano. Además de la comodidad adecuada, es esencial que las casas se integren con la ciudad, los trabajos, la infraestructura y los servicios. Para las personas en situación de calle, este problema es aún más delicado. Entre muchas otras necesidades, tener un lugar para estructurar una vida es esencial para avanzar y prosperar. Un proyecto que enfrenta este problema es Emerald Village Eugene (EVE), una comunidad de micro-viviendas asequibles, que permite a sus residentes comenzar una transición hacia una casa mejor.