Eduardo Souza

Editor Senior de Brands & Materials en ArchDaily. Arquitecto y máster por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).

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Andamios: De equipamiento auxiliar a protagonistas de la arquitectura

Poco se habla sobre la contribución de los andamios a la historia de la construcción. Estas estructuras fueron generalmente tratadas como mero equipamiento y, por lo tanto, sus registros son muy escasos. Sin ellos, sin embargo, sería casi imposible construir la mayoría de los edificios que conocemos. Los andamios permiten alcanzar y mover materiales a puntos difíciles en una construcción, brindando seguridad y algo de comodidad a los trabajadores. Pero además de su función como estructura de soporte para edificios, hemos visto que los andamios también se pueden utilizar para estructuras móviles, temporales e incluso permanentes. A continuación, revisaremos un poco de su historia y sus posibilidades.

Cómo usar y reutilizar chimeneas en la arquitectura

Francis D. K. Ching [1] caracteriza una chimenea como "una estructura vertical incombustible, que contiene un conducto a través del cual el humo y los gases de un fuego u horno se empujan hacia afuera y a través del cual se crea una corriente de aire". Si bien sus conductos pueden estar ocultos en paredes u otras estructuras, la parte superior de la chimenea suele quedar a la vista, con el fin de llevar los gases de adentro hacia afuera, sin ensuciar el ambiente ni perjudicar la salud de los ocupantes. Al ser elementos verticales, existen chimeneas que se convierten en grandes hitos del paisaje urbano, especialmente en proyectos industriales. A la hora de dibujar es fundamental decidir el "peso" que tendrá la chimenea en el proyecto. En Casa Milá, por ejemplo, Gaudí corona el edificio con formas sinuosas y curvas con chimeneas escultóricas. Hay casos en los que la sobriedad del edificio se refleja en su chimenea y otros donde el elemento vertical busca estar lo más oculto posible. Recientemente, también, muchas chimeneas han sido renovadas para nuevos usos o nuevas tecnologías más limpias. Ya sea en un papel destacado, integrado o escondido en el edificio, revisa a continuación algunos consejos de diseño y posibilidades de uso.

Hecho para durar: Los aportes del acero inoxidable a la arquitectura

Poco antes de la Primera Guerra Mundial, Harry Brearley (1871-1948), que trabajaba como obrero metalúrgico desde los 12 años, desarrolló el primer acero inoxidable. Buscando resolver un problema de desgaste en las paredes internas de las armas del ejército británico, terminó obteniendo una aleación de metal resistente a la corrosión, agregando cromo al hierro fundido. La invención encontró aplicaciones en casi todos los sectores de la industria, como en la producción de cubiertos, equipos de salud, cocina, industria automotriz, entre muchos otros, reemplazando materiales tradicionales como el acero al carbono, el cobre e incluso el aluminio. En la construcción civil esto no fue diferente y pronto se incorporó acero inoxidable a los edificios.

Ventajas y características de la mampostería estructural

El Edificio Monadnock, en Chicago, comenzó su construcción en 1891 y todavía se utiliza sin problemas. El edificio presenta una fachada sobria sin grandes ornamentos y una altura muy expresiva –en ese momento– de 16 pisos. Se considera el primer rascacielos construido en mampostería estructural, con ladrillos cerámicos y una base de granito. Para soportar toda la carga del edificio, los muros estructurales en la planta baja tienen 1.8 metros de espesor, mientras que en la parte superior, 46 centímetros. 130 años después, este sistema constructivo sigue en boga y permite la construcción de edificios aún más altos, con muros mucho más delgados, logrando racionalidad y economía en la obra. Pero, ¿de qué se trata la mampostería estructural? ¿cómo utilizarla en proyectos arquitectónicos? ¿en qué edificaciones se recomienda este sistema?

¿Edificios de hongos? Las posibilidades del micelio en la arquitectura

Los hongos están por todas partes. En el aire, en el agua, en nuestro cuerpo, en los árboles, en el techo del baño, bajo tierra. Pueden tomar la forma de hongos (comestibles, medicinales, alucinógenos o muy venenosos), u otros más simples, como el moho. Pueden desencadenar enfermedades, pero también pueden producir remedios antibióticos, como penicilina, o ayudar a fermentar quesos y panes increíbles. ¿Y si te dijera que también pueden ser el futuro de los envases y los materiales de construcción?